Gilgamesh

En este mundo nunca podr? alguien «saber» si tras la muerte hay o no hay un «m?s all?». Por lo mismo al ser humano le quedar? siempre abierta la posibilidad de creer que lo hay. Y as?­ mantener viva la esperanza de salvaci?n frente al riesgo angustiante de la nada final. Obviamente ello no excluye la validez de la opci?n contraria de quienes creen que no hay un «m?s all?». Y aquella esperanza, al verse frustrada, convierte al ser humano en una pasi?n in?til…En todo caso, la cuesti?n de si es el ser, con su garant?­a de sentido, o el no ser, con el riesgo de absurdo, la ?ltima palabra de la realidad, seguir? siendo el m?s porfiado planteamiento para toda conciencia l?cida. Y, por lo mismo, el problema de GILGAMESH, que aqu?­ presentamos de forma teatral, seguir? constituyendo el dilema m?s crucial de toda cultura, en las diversas dimensiones del arte, la filosof?­a, y evidentemente la teolog?­a.