Последние издания книг Франсиско Умбраля

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Франсиско Умбраль входит в число крупнейших современных писателей Испании. Известность пришла к нему еще во второй половине шестидесятых годов прошлого века. Был лауреатом очень многих международных и национальных премий, а на рубеже тысячелетий получил самую престижную для пишущих по-испански литературную премию - Сервантеса. И, тем не менее, на русский язык переведен впервые.
"Пешка в воскресенье" - "черный" городской роман об одиноком "маленьком" человеке, потерявшемся в "пустом" (никчемном) времени своей не состоявшейся (состоявшейся?) жизни.

En Mortal y rosa, sobrecogedora y tierna elegía de la infancia, Francisco Umbral evoca la muerte de su hijo. Desde la inhóspita revelación de la pérdida, el escritor construye un largo monólogo en que la muerte actúa como coartada maravillosa que convierte su pesadilla humana en una fuerza catártica y liberadora. Francisco Umbral procura el reencuentro en la evocación, y cada sensación es un continuo superar la existencia inerte, cada objeto una excusa para la reflexión: «sillas de paja infantil, graves mecedoras, caballos de crin celeste me preguntan por ti, se preguntan por ti.» Con «esta corporeidad mortal y rosa, donde el amor inventa su infinito» —verso de Pedro Salinas que preludia el texto—, el escritor aborda una cantata de belleza y originalidad máximas, que desborda todos los rencores, porque, como señala en una frase que bien pudiera glosar la obra, «el hijo es un relámpago de futuro que nos deslumbra. Por él, por mi hijo, he visto más allá, más adentro, y más lejos, y quizás, ay, eso basta».

La prosa magistral de Umbral nos devuelve a ese adolescente que mira hacia el niño que ha sido y los trenes que se cruzan en su camino, un adolescente que crece al pasar las páginas y va cambiando su ilusión de ser sublime sin interrupción por el deseo de la mujer amada y el placer de compartir las aventuras con los amigos, en una noche de verano, en una atmósfera donde al negro se le transparentaba el azul. Una novela fresca y sugerente como sólo es la gran literatura.

«Guerra, posguerra, cine, historia, muerte. Hay un placer primario y muy culto en el saber robar. Robar requiere buenos dedos, como tocar el violín. Y una cabeza rápida. Mi personaje pudiera ser un Francesillo de Zúñiga pasado por el cine. Un Guzmán de Alfarache con menos letras. La posguerra le ha lanzado al estraperlo como el mar arroja piratas a los puertos peores. Ante la pureza mártir de la madre, bajo su sombra blanca, lo que va haciéndose -en acto, no en palabras- es un artista de la vieja cultura del robo. Él no sabe de quién viene. En aquella ciudad de entonces vivaqueaban los nuevos pícaros de un imperio que sólo era de sangre y retórica. Hay un clima de posguerra que para unos es autobiografía doliente y para otros es ya acerba literatura interminable, incuestionable.»

Francisco Umbral logra una crónica magistral de la adolescencia y la provincia que va desde el milagrismo de la guerra y la posguerra al realismo cotidiano de la pequeña ciudad; del cielo de España por el que volaban los obispos al infierno de los más duros trabajos de la época, pasando por el purgatorio de la adolescencia.

Pío XII, Millán Astral, la Virgen de Fátima y la guardia mora de Franco transitan con naturalidad por esta obra brillante, irónica y melancólica que fue finalista del Premio Planeta 1985.